Manuela es justicia y esperanza
Con una fiesta popular y la instalación de un memorial dedicado a Manuela, las organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres iniciaron una campaña para reivindicar el nombre de todas aquellas que fueron criminalizadas por sufrir emergencias obstétricas en El Salvador.
La celebración tuvo lugar en la plaza principal de Cacaopera, el pueblo en el que Manuela vivió. Allí se instaló un mosaico elaborado por la artista salvadoreña Claudia Flores, quien tomó como inspiración la figura femenina, la balanza que representa la justicia, el ave que hace alusión a la esperanza y las flores blancas que simbolizan un nuevo comienzo. En la base del memorial una placa recuerda el valor de María Edis —el verdadero nombre de Manuela— para que su pueblo y el mundo entero sepan la injusticia que vivió:
“Dedicado a María Edis (Manuela) y su familia. Por su valentía en la búsqueda de justicia. La ciudadanía reconoce su lucha y la acompaña. Manuela es justicia y esperanza”.
La Colectiva Feminista para el Desarrollo Local, la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto en El Salvador y el Centro de Derechos Reproductivos, organizaciones que lideraron la fiesta y participaron en el litigio del caso Manuela ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, resaltaron que este acto busca dignificar a la familia, pues sus padres y sus hijos tienen derecho a que se reconozca públicamente que María Edis (Manuela) es inocente y que el Estado violó sus derechos humanos.
Este homenaje tiene un profundo significado pues en El Salvador es usual que las familias que tienen a uno de sus integrantes en la cárcel sean objeto de discriminación y estigmas. La situación es aún más dramática cuando quienes van a la cárcel son mujeres que terminaron condenadas por homicidio agravado, luego de sufrir emergencias obstétricas. Sobre ellas y sus familias recae una carga más grande de discriminación y señalamiento, asociada a los arquetipos construidos alrededor de la maternidad. Eso explica por qué aumenta de manera dramática el estigma alrededor de las mujeres que no llevan a término su embarazo, incluso cuando se trata de una emergencia obstétrica.
Con esta fiesta popular, las mujeres, sus familias y las organizaciones que acompañamos sus luchas nos tomamos los espacios para resignificarlos y recordarle a la sociedad que no solo es Manuela, que hay más mujeres en riesgo de ser criminalizadas por sufrir una emergencia obstétrica, pero que también somos muchas las que seguimos luchando por la justicia reproductiva y celebramos los avances, como la sentencia #ManuelaJusticiayEsperanza.
Manuela era inocente y ahora una placa se lo recuerda al mundo. Sin embargo, aún esperamos que el Estado reconozca que los derechos de María Edis (Manuela) fueron vulnerados y pida disculpas públicas a su familia, como lo ordenó la Corte Interamericana de Derechos Humanos.