Las diferentes formas de violencia contra las mujeres son un obstáculo para su desarrollo individual, violan sus derechos y limitan sus libertades. La violencia contra las mujeres impide el desarrollo de sus capacidades y autonomía y limita su participación pública, económica, social y política. Desde la violencia sexual hasta la violencia doméstica, la violencia contra las mujeres está conectada a la salud y los derechos sexuales y reproductivos. Por ejemplo, alrededor de 1.680.000 mujeres en las Américas son violadas cada año, no obstante, sólo ocho países en la región permiten acceso al aborto en casos de violación y dos prohíben por completo la anticoncepción de emergencia. En general, las leyes y políticas de salud reproductiva en los países de América Latina y el Caribe son de las más restrictivas en el mundo, incluyendo acceso a la información y acceso a servicios de salud básicos. La nueva hoja informativa del Centro espera posicionar los derechos reproductivos, particularmente en el contexto de violencia sexual y violencia contra las mujeres, incluyendo el embarazo en adolescentes, como prioridades entre los estados de la región.