La crisis climática amenaza los derechos reproductivos de las mujeres
- Las emergencias asociadas a la crisis climática dificultan el acceso a servicios de salud reproductiva.
- Las medidas que tomen los Estados para hacer frente a la emergencia climática deben priorizar la garantía y esencialidad de los derechos reproductivos, que son derechos humanos.
- El Centro de Derechos Reproductivos presenta a la Corte Interamericana argumentos para que les pida a los Estados acciones de prevención y mitigación de la emergencia con enfoque de género.
Manaos, mayo 29 de 2024. (Comunicado de prensa) – Con una intervención ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), el Centro de Derechos Reproductivos hizo un llamado para que los Estados tomen acciones que puedan enfrentar la crisis climática con enfoque de género y garantías para los derechos reproductivos. Pedimos a la Corte IDH que reconozca que la crisis climática afecta desproporcionadamente a mujeres, niñas, hombres trans y personas no binarias, interfiriendo con su autonomía reproductiva y dificultando el acceso a derechos y servicios de salud sexual y reproductiva.
En el marco de una solicitud de Opinión Consultiva sobre emergencia climática, realizada por los Estados de Chile y Colombia a este tribunal interamericano, el Centro señaló que hay evidencia científica que demuestra cómo la contaminación del aire, los incendios forestales y el uso de pesticidas, están directamente relacionados con impactos negativos sobre la salud reproductiva, como complicaciones durante el embarazo, partos prematuros, bajo peso al nacer y problemas respiratorios. En particular, el aumento del calor por la emergencia climática tiene impactos negativos en la salud materna y neonatal, incluyendo riesgos de prematuridad, bajo peso al nacer, muerte fetal y estrés neonatal.
“Los Estados deben tomar medidas frente a la emergencia climática que tengan en cuenta nuestros derechos reproductivos. Ninguna acción para frenar la crisis climática va a estar completa si no se protege nuestra autonomía reproductiva. Aún en tiempos de crisis, los derechos reproductivos son derechos humanos esenciales”, declaró Cristina Rosero, Asesora Legal Senior del Centro de Derechos Reproductivos.
Durante la audiencia, realizada en Manaos, Brasil, el Centro insistió en que la emergencia climática es un asunto de género porque afecta el ejercicio libre de la autonomía reproductiva. Además, que las barreras de acceso a servicios de salud sexual y reproductiva como la anticoncepción, los abortos seguros, la atención en salud materna, y la educación sexual integral (ESI), se agravan en contextos de crisis humanitarias y emergencias, como ya ocurrió, por ejemplo, en la pandemia por COVID-19.
La emergencia climática aumenta el riesgo de enfermedades que afectan a mujeres y niñas, debido a desigualdades en el acceso a alimentos y atención médica y a los roles de cuidado que la sociedad históricamente les ha impuesto.
Los efectos de la crisis climática no son uniformes y golpean con mayor severidad a las comunidades empobrecidas y marginadas, que ya enfrentan dificultades para acceder a servicios de salud reproductiva como la anticoncepción y el aborto. Esta situación se agrava por la discriminación étnico-racial, que afecta de manera desproporcionada a pueblos indígenas y afrodescendientes, quienes a menudo se ven obligados a vivir cerca de localidades profundamente contaminadas como minas, vertederos y centrales eléctricas, donde se emiten partículas contaminantes que aumentan aún más los riesgos para su salud.
En la conversación sobre emergencia climática, el Centro también enfatizó en la necesidad de limitar el uso de agrotóxicos, los pesticidas usados en la agricultura, que generan gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global. América Latina consume el 51% de los pesticidas en el mundo, muchos de ellos prohibidos en la Unión Europea. La evidencia científica muestra que la exposición directa a los agrotóxicos tiene impactos en la salud humana, en especial en la salud reproductiva con efectos como afectaciones de fertilidad, aumento de abortos involuntarios, partos prematuros, intoxicación de mujeres embarazadas que resulta en contaminación de leche materna y problemas en el sistema endocrino con consecuencias negativas para la salud materna.
La crisis climática también está vinculada con un incremento en las violencias basadas en género, incluyendo violencia sexual y trata de personas. Eso, porque los desplazamientos forzados por desastres naturales incrementan la vulnerabilidad a la violencia de género. En ese contexto la búsqueda de agua potable y alimentos expone a niñas y mujeres a mayores riesgos de agresión. Un informe publicado en 2021 estimó que unas 26 millones de niñas y mujeres en edad reproductiva en contextos humanitarios enfrentan amenazas significativas para su salud sexual y reproductiva, y que la falta de acceso a estos servicios es la principal causa de muerte entre ellas.
Es urgente que la Corte IDH visibilice estos impactos y les recomiende a los Estados tomar en cuenta los derechos reproductivos en la creación de estrategias y políticas para hacer frente a la emergencia climática, con un enfoque de género e interseccional. Eso incluye, entre otras medidas, limitar el uso de agrotóxicos y avanzar en una transición al abandono de los combustibles fósiles, garantizar el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva en contextos de emergencias asociadas a la crisis climática con perspectiva de género, promover investigación científica imparcial, ordenar medidas para reducir las emisiones contaminantes y el uso de sustancias tóxicas y asegurar que se cumplan normativas como el acceso a la justicia climática sin imponer cargas de prueba desproporcionadas para las víctimas.
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